Sunday, June 3, 2012

Las fieras - literatura argentina




Jessie Phillips
Profesora Candelaria Stacato
Literatura Argentina
23 de mayo 2012
Las fieras: una vida brutal
Roberto Arlt nació en un lugar figurativamente precario y mantenía su posición marginal por su vida eterna. Su punto de vista sobre nuestro mundo y la vida cotidiana era revolucionario y saltó las reglas en el sector de escritores de su época. Por su contacto con las personas de la clase baja y con estilos de vida atroces, podía llamar atención a su valor como miembros de una sociedad dividida.
Arlt es el hijo de dos inmigrantes pero no en una sentido de inmigrantes ricos con privilegios, sino, los que vinieron a Argentina para buscar una vida mejor pero encontraban una llena de dificultades. Arlt tuvo que trabajar desde su juventud para sostener su familia y por eso tuvo que dejar sus estudios. Le interesaba la literatura, entonces, todo que sabía, se enseñó a su mismo. Por su trabajo como un cronista policial, hacía contacto con criminales, prostitutas y más personajes del mundo “clandestino” y ese punto de vista, junto con lo de su juventud, creó su visión y la inspiración de sus obras.
Lo importante es que escribió sin el estilo como los otros escritores y de temas completamente distintos. Se dice que no era cómo dice lo que dice, sino, el contento de que está contando. Creó el genero de “aguafuertes” y escribía de la lucha de los miembros de la clase baja para dar luz a su situación y cómo aspiraban a transcender su “vida marginal” pero no podían por su sistema actual. Arlt trabajaba como un escritor y escribía con ironía, en lenguaje coloquial para mostrar que el mundo de literatura está abierto para todos, no está limitado a los inteligentes y ricos que escribían por ocio.
En su cuento “Las fieras”, la voz del narrador muestra dos mundos que se enfrenten. Un mundo que queda arriba (sociedad en que vivimos) y uno de abajo (la sociedad que evitamos porque no la conocemos). Los miembros de “socavón de la infrahumanidad” pertenecen, obviamente al mundo abajo y son personas como ladrones, prostitutas y chulos. Estos personajes, no pueden lograr a subir porque no tienen educación, ni la plata; es decir, les falta la oportunidad. Son esclavos de su trabajo, o estilo de vida. El narrador se cayó en el socavón y deja su amor, en el mundo arriba. Observa los miembros de su vida cotidiana nueva con asombro. Está ahí no por su voluntad y ahora siente que está perdido; sin alma y futuro.
Los personajes y lugares en el cuento son los claves que nos permiten entender el sentido de Arlt sobre la sociedad. Al principio, el lector se fija que la historia es para la mujer del narrador, quien no conoce el socavón de la infrahumanidad porque es una dama. Encontramos Tacuara, y con ella, prostíbulos de todos los lados de Argentina. En los prostíbulos, el narrador nos muestra que ser prostituta, no es una vida glamorosa, sino una de enfermedades, abusos y palizas. El narrador nos dice que con Tacuara que conoció “los prostíbulos más espantosos de provincias”. La hipocresía es que, los ricos frecuentan los prostíbulos y tienen prostitutas, pero no son miembros de esa sociedad.
Las fieras, o las bestias, que ocupan está sociedad clandestina, tratan de encontrar placer en cualquier forma.  Cipriano, un personaje de los prostíbulos, desafortunadamente, disfrutaba violaciones y golpes de los niños y mujeres. Después de ganar o contar una historia de sus conquistas, el narrador dice que Cipriano “sonríe con la ingenuidad de un monstruo jovial”.  Es decir que las reglas de comportamiento son distintas en ese mundo- no existe la virtud ni la moralidad. Por eso, vemos el lugar del calabozo que los miembros de abajo inhabitan una y otra vez porque no tienen opciones de dejar una vida de crimen y abusos. El narrador expresa que, en el socavón, un lugar sin reglas, morales ni ocasión de escapar pero además lleno de aburrimiento y machismo, cosas negativas e ilegales pasarán, siempre.
En el café, personajes como Cipriano, Guillermito y Uña de Oro hablan de su aburrimiento y a veces cuentan historias. No obstante, su interés principal parece jugar naipes y comunicarse “con el silencio”. Muestra que en una sociedad así, de impotencia, existe caos que surge de la falta de vínculos. Emplean la noción de cada uno va a lo suyo simplemente para sobrevivir. Tienen vidas, pero dice que “La vida continúa siempre igual adentro y afuera”. Es decir, que no pueden cambiar su destino ni tener una existencia con sentido. Escuchan las noticias negativas y perpetran el ciclo, pero lo aceptan porque en ese mundo, es fácil de caerse pero imposible a subirse. Dice que en el café, discuten “Siempre los mismos temas: el crimen, la venalidad, es castigo, la traición, la ferocidad.” Es todo que conocen mientras como miembros de la sociedad arriba, discutimos los parques y el clima. Eso es la diferencia entre los mundos: las prioridades y expectaciones.
El cuento de “Las fieras” es un comentario social de Roberto Arlt que muestra cómo él veía la sociedad. En su época, no existían muchas oportunidades para encontrar los éxitos, pero había una desigualdad impresionante entre las clases sociales. La historia, “Las fieras”, para mí es una exageración de la situación social, pero me hace pensar en lo que no conozco. ¿Existe hoy en día una sociedad tan brutal? Seguramente que sí, pero la diferencia entre ahora y entonces, es que en una sociedad, tenemos accesos a recursos para ayudarnos salirnos de una vida tan dura.

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